Después de sus últimos fracasos cinematográficos, el productor Max Barber (Robert De Niro) está en deuda con el jefe de la mafia Reggie Fontaine (Morgan Freeman). Para intentar pagar su deuda y salvar su propia vida, Max decide producir una nueva película, teniendo como objetivo matar al protagonista durante el rodaje y así poder cobrar el seguro. Pero cuando Max decide contratar a Duke Montana (Tommy Lee Jones), un viejo y venido a menos actor de westerns, nunca imaginó que al estar enfrente de las cámaras este volvería a encontrar motivación y tomaría su segundo aire. No siendo capaz de matar a Duke en sencillas tomas de acción, Max pone a Duke en situaciones más peligrosas para lograr su objetivo. Mientras Duke sobrevive a cada escena peligrosa, Max acaba haciendo la mejor película de su carrera.